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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo de Resurrección (31.III.2013) - Ciclo C

LA OFERTA CRISTIANA TIENE FUTURO

«No está aquí. Ha resucitado»

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¿Es horizonte atractivo para el ahombre terminar como un perro o una bolsa de basura? Pues es el que ofrecen todas las concepciones materialistas. La meta de la existencia humana, el final del camino, es la nada. Ante un panorama tan desolador hay que preguntarse si  vale la pena ser hombre. A pesar de ello, muchos ‘pensadores’ actuales difunden y propugnan esta concepción materialista. La vida, el trabajo, todo lo que hacemos  y padecemos están destinados a la destrucción. Su oferta suprema es disfrutar a tope, tener un cuerpo bonito, triunfar en la vida, ganar mucho dinero. De todos modos, es una oferta que no va más allá del buen deseo, porque la experiencia se encarga de demostrar que ese ‘ideal’ es imposible. Se quiera o no, el dolor, la enfermedad, los fracasos, la muerte... llegan inevitablemente y cuando menos se esperan. Nada de extraño que el horizonte materialista se resuelva en pesimismo, en hastío de la vida, en subterfugios de la droga y del alcohol, en la desilusión y en la desesperación; y que tantos jóvenes y adolescentes del mundo más desarrollado encuentren en el suicidio la única ‘salida’ para su existencia angustiada. La oferta cristiana es muy distinta: «Jesucristo ha vencido a la muerte y da -a quienes creen en Él- la posibilidad de vencerla también» Los seguidores de Jesús morirán, ciertamente. Pero la suya no será la muerte de un perro o la de un roble quemado. Será una muerte que dará paso a la vida verdadera, la Vida con mayúscula. Esta es la esencia de la fe cristiana. Por ella han dado la vida los mártires de todos los tiempos. Por ella vive la buena gente. Por ella vale la pena llevar una vida limpia, honrada y sacrificada por los demás. Por ella no desesperan los que experimentan el dolor. Por ella se encierran las monjas en una clausura. Por ella marchan a lejanas tierras todos los misioneros. Por ella hay jóvenes que se entregan a Jesucristo en cuerpo y alma. Por ella muchos luchan en pro de la justicia y la convivencia en nuestro mundo. En una palabra: por ella merece la pena ser hombre. ¿Hay algo que tenga más futuro?  

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