Blogia
LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 4 del Tiempo Ordinario (31.I.2016)- Ciclo C

DONACIÓN Y POSESIÓN

“Haz aquí lo que en Cafarnaum”

____________________________________________________

Seguimos en la sinagoga de Nazaret. Las cosas habían comenzado bien pero han terminado mal. Dramáticamente mal. Jesús había dicho: “Hoy se cumple lo que acabáis de oír”, tras leer un pasaje del profeta Isaías. Sus paisanos se sienten honrados y satisfechos. Pero luego se preguntan: “¿No es éste el hijo de José?”. Que era tanto como decir: “¿No es uno de los nuestros?” Por tanto, si es de los nuestros, tiene que hacer aquí en su patria los mismos milagros que ha hecho en Cafarnaum. Y así se lo dicen. Sin embargo, Jesús denuncia este plan posesivo de los suyos, aclarándoles que Dios no envía profetas ni hace milagros en beneficio de sus parientes y paisanos, sino para algo mucho más grande. Y les pone dos ejemplos: Elías y Eliseo. Ninguno de los dos profetas realizó sus milagros con personas israelitas sino con una viuda y un general de un país pagano: Sarepta y Siria. No lo entienden y se ponen  furiosos. Tanto, que intentan acabar con él y tirarle desde un barranco próximo, Pero como no había llegado su hora, “Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba”. ¡Triste final! Pero así acaban todos los amores “posesivos”, porque son amores que no son verdaderos. El amor auténtico, el amor verdadero, es generoso, da y se da. Todos estamos inclinados al amor posesivo. Hasta el amor de las madres puede ser posesivo. Y no digamos el de los esposos y esposas. ¿Qué son los celos, en el fondo, sino un  amor posesivo? ¿Y qué es la oposición a que los hijos sigan una llamada especial de Dios –al sacerdocio o a la vida consagrada- sino un amor posesivo? Hay que reaccionar, porque un amor posesivo puede volverse agresivo e incluso criminal. Para ello, hay que mirar a Dios. El suyo es un amor generosísimo, que da sin tasa ni medida, que no tiene cálculos, que no se cansa. Basta mirar un Crucifijo. Ahí está el paradigma y el ideal del amor. Se da hasta el extremo de entregar la vida incluso por quienes le están matando. ¡¡Este es el amor que cambia al mundo!!     

0 comentarios