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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 1 de Cuaesma (5. III. 2017) - Ciclo A

LA GRAN TENTACIÓN DE HOY

“No solo de pan vive el hombre”

_______________________Hoy es el primer domingo de Cuaresma. Una palabra que dice poco a mucha gente, como tampoco les dice gran cosa “domingo de las tentaciones”, “tentación” y “demonio”. Sin embargo, esas cuatro palabras tienen una profunda actualidad. Es muy actual, “el demonio”. Tanto, que ha logrado convencer al hombre de que no existe. Y, claro, si no existen los ladrones, ¿para qué vamos a cerrar las puertas, si nadie nos robará? También es muy actual “la tentación”. Es decir, las propuestas que, de una u otra forma, nos hace el demonio para apartarnos de Dios. Tentó al mismo Jesucristo, diciéndole que usara en provecho propio su poder para convertir las piedras en panes y así quitarse el hambre acumulada durante cuarenta días. Y, sobre todo, que le adorara, pues así podría hacerle dueño y señor del mundo. La “Cuaresma” también es actual, porque ¿quién puede decir que todo lo hace bien, que no tiene pecados, que es un dechado de virtudes? ¿No son incontables los que están apartados de Dios, de la Iglesia, del sacramento de la Penitencia, de la misa dominical, de la oración? Por tanto si esto es así, y lo es, necesitamos salir de ese camino y emprender el camino del amor, de la verdad y de la alegría. Necesitamos deshacer la gran tentación de pensar que Dios es nuestro enemigo, el que nos quita la alegría de vivir, el aguafiestas. No hay tentación más terrible. Porque es convertir en enemigo nuestro al que nos ha dado la vida y nos la conserva, al que nos quiere como un padrazo. Dios no es enemigo del hombre. Al contrario, nos quiere más que nadie y ha muerto en la Cruz por nosotros.  Es el demonio quien nos engaña, como engañó a Eva y Adán. Ya sabemos cómo concluyó entonces la impostura de que serían dioses: en la ruina total y en la experiencia del dolor, de la enfermedad y de la muerte. Quizás el hombre moderno necesite, para volver a Dios, darse de bruces con un fracaso sentimental o profesional, con una enfermedad grave e  incurable, con la traición de quien se proclamaba amigo, con el abandono de sus hijos y con tantas y tantas cosas muy dolorosas ¿Por qué no aprovechar ya esta Cuaresma?            

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